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La obsesi�n por la productividad: un mal negocio para las empresas argentinas

Juli�n Ignacio L�pez Dr. en Filosof�a por la UCA

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03 Julio de 2024 09.40

�C�mo se puede transformar la t�pica obsesi�n corporativa por la productividad en una oportunidad para el desarrollo humano y econ�mico? Esta pregunta invita a una reflexi�n profunda sobre c�mo pa�ses como Argentina pueden reorientar sus pol�ticas y pr�cticas hacia un modelo que priorice el bienestar de sus ciudadanos, similar a c�mo algunas de las principales compa��as del mundo priorizan el desarrollo de sus empleados para lograr una mayor productividad y sostenibilidad a largo plazo. Sin dudas, nuestro pa�s tiene la oportunidad de aprender de estas lecciones y transformar su enfoque hacia un desarrollo integral que beneficie tanto a la econom�a como a la sociedad en su conjunto.

En el din�mico mundo corporativo, la productividad es una prioridad indiscutible. Las compa��as se construyen alrededor de oportunidades de negocio que, bien aprovechadas, permiten generar ingresos. La optimizaci�n de costos y la maximizaci�n de m�rgenes son metas leg�timas que incentivan a las empresas a asumir riesgos y ofrecer bienes y servicios de calidad que benefician a la sociedad.

Sin embargo, una b�squeda obsesiva de la productividad puede resultar contraproducente. Enfocarse exclusivamente en esto puede llevar a tratar a los empleados como meros engranajes en un sistema, maximizando su rendimiento hasta el punto del desgaste y la desmotivaci�n. Esta visi�n despersonalizada, a menudo reflejada en slogans como "Impossible is Nothing" o "Just do it", ignora la naturaleza humana del empleado, quien posee una combinaci�n �nica de dones y talentos.

Esta perspectiva puede ser fatal para las empresas. Seg�n un informe de Gallup, s�lo el 15% de los empleados a nivel mundial se siente comprometido con su trabajo. Un ambiente laboral que no reconoce la humanidad de sus empleados provoca altas tasas de rotaci�n y una ca�da en la productividad. �Qui�n puede realmente florecer en un lugar donde se siente despersonalizado?

La soluci�n es clara: es necesario renovar la visi�n sobre el rol del empleado y la importancia del trabajo en su desarrollo integral. Esto significa poner a la persona en el centro de la escena empresarial, viendo el trabajo no solo como un medio de producci�n, sino como una oportunidad para el desarrollo personal. Las personas deben tener la oportunidad de conocerse mejor, desarrollar v�nculos de calidad y desplegar todo su potencial, poniendo al servicio de los dem�s sus dones y talentos.

Cada vez m�s empresas est�n adoptando esta transformaci�n, priorizando el bienestar y el desarrollo humano de sus empleados. Curiosamente, estos cambios no significan una renuncia a la eficiencia. Al contrario, investigaciones demuestran que cuando se prioriza el bienestar de los empleados, la productividad aumenta.�Seg�n un estudio de la Universidad de Warwick, los empleados felices son un 12% m�s eficaces. Hacer del �mbito laboral un lugar m�s humano, donde los empleados se sientan valorados y reconocidos, potencia la productividad de la empresa.

En este contexto es que Argentina tiene la posibilidad de liderar esta transformaci�n en Am�rica Latina, estableciendo pol�ticas que promuevan el bienestar integral y un desarrollo econ�mico sostenible.En �ltima instancia, la productividad es un fruto del desarrollo humano que surge s�lo cuando el trabajo se convierte en un medio para la realizaci�n personal y la consecuci�n de la felicidad.

*El autor de la columna es Juli�n Ignacio L�pez, Dr. en Filosof�a por la UCA.

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