Si los elfos y enanos recibieron anillos de poder, ¿por qué solo hay Nazgûl humanos?

Espectros, ni vivos, ni muertos

Sauron es uno de los villanos más importantes dentro del universo de Tolkien, y también uno de los más escurridizos. Tras la derrota de su maestro, Sauron trata de ganarse el favor de los elfos con una identidad falsa, y asegurando que viene en nombre de los Valar, acaba ganándose el favor de Celebrimbor. A este señor elfo quizá lo conozcas por los videojuegos de Sombras de Mordor o por la serie de Los Anillos de Poder, pero si no, debes saber que el trabajo de Celebrimbor marcó un antes y un después en la historia de la Tierra Media.

Espoleado por Sauron, Celebrimbor creó un total de 16 anillos de poder, artefactos en los que Sauron volcó parte de su influencia y sabía que podría controlar una vez crease el Anillo Único. Este era el plan del Señor Oscuro desde el principio, y Celebrimbor trabajaba sin darse cuenta de que estaba creando armas con el potencial de esclavizar a toda la Tierra Media. Pero el talentoso herrero elfo no es tonto, y forjó tres anillos más sin que Sauron se diese cuenta. Son los tres anillos que se entregaron a los elfos.

Sin embargo, no fue Sauron quien los entregó. Cuando el Señor Oscuro creó el anillo único se dio cuenta de que los elfos tenían en su poder tres anillos más. Los elfos se percataron de la influencia del Anillo Único y se quitaron sus anillos, cegando a Sauron y escondiendo para siempre a Narya, Nenya y Vilya, que fue como los bautizaron. Sin embargo, Sauron sí que pudo controlar el resto, y tras ejecutar a Celebrimbor, empezó su plan para repartirlos por la Tierra Media y fortalecer su control.

Tres a los elfos, siete a los enanos, y nueve a los hombres

Siete de ellos fueron a los señores enanos, que eran, convenientemente, siete en total. Sin embargo el pueblo enano no era tan fácil de corromper como Sauron esperaba. Los habitantes de las montañas fueron creados con una motivación centrada en la artesanía y la minería, y no presentaban esa patológica ambición tan propia de la raza humana. El Anillo Único tiene el poder suficiente para corromper a enanos, elfos y hombres, pero estos siete que fueron entregados al pueblo enano no tenían el poder de subyugar a sus portadores.

Lo cual nos lleva a los humanos, que persiguen por naturaleza el poder. Los nueve reyes de los hombres cayeron presa del control de Sauron, y acabaron corrompidos por el poder del Anillo. Con el tiempo, toda humanidad abandonó a estos señores, que acabaron por convertirse en espectros, cáscaras vacías que actuaban solo bajo las órdenes de su señor. Cuando Sauron es derrotado, utiliza a los Nazgûl como una extensión de sí mismo, son sus ojos y sus manos en la Tierra Media. Si el plan original de Sauron hubiese tenido éxito, la Compañía tendría que haberse enfrentado a 19 espectros en El Señor de los Anillos, un reto que quizá ni la voluntad de Frodo había podido superar.

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